El Casar

La villa de El Casar se encuentra situada físicamente en las coordenadas 40º 40’lat.N. y 3º 25’long.O. del meridiano de Greenwich. Su término municipal, bastante extenso, ocupa un total de 34,78 kilómetros cuadrados. Pertenece al partido judicial de Guadalajara, en la provincia de Guadalajara, a su comarca de la Campiña, y a la Comunidad Autónoma de la Comunidad económica-política de Europa. Asienta sobre terrenos de tipo arcilloso, dentro de la depresión terciaria de la Meseta inferior, estando incluida en el área climatológica de tipo templado continental, y en la geografía de bosques templados. El Casar cuenta actualmente con 12.287 habitantes.

El territorio de El Casar es de origen terciario, existiendo suelos de tipo fundamentalmente arcillosos. Físicamente es una llanura despejada, cubierta de algunas manchas de monte bajo con carrascos. El término municipal ocupa un total de 3476Hectáreas de superficie, de las cuales son 2501 de cultivo de secano, dedicándose superficies mucho menores al barbecho, monte abierto y monte leñoso.

Asienta sobre una plataforma de altitud de 831.5mts. Sobre el nivel del mar, que media, a modo de alcarria, entre los valles del Henares, y del Jarama. De dicha plataforma llana surgen barrancos que progresivamente van profundizando horadados por pequeños arroyos que solamente en las primaveras muy lluviosas arrastran algo de agua. La inmensa mayor parte del territorio está dedicada al cultivo agrario, destacando con mucho el cereal.

Los monumentos de El Casar

La iglesia Parroquial es el monumento artístico más importante y querido por sus gentes. Está situada en el centro de la villa y dedicada a la Asunción de la Virgen María. Es un edificio construido en principio durante el siglo XVI, que a lo largo de los siglos XVIII y XIX ha sufrido reformas, y por supuesto en este nuestro siglo XXI ha continuado recibiendo arreglos, atenciones y mejoras.

El aspecto de la iglesia es agradable y armónico, en el centro de la villa, se orienta de la forma habitual en los templos cristianos,: el ábside mira a Levante, los pies a Occidente, y la portada principal al sur, quedando la parte norte, fría y arisca, totalmente desprovista de accesos y adornos.

En el exterior destaca, sobre sus muros de sillarejo de canto rodado y ladrillo, combinados en forma de aparejo “toledano”, la torre de planta prismática que se alza sobre los pies del templo, con un vano para las campanas en cada una de sus caras, y rematado en agudo e hispánico chapitel.

El interior del templo es majestuoso. Se estructura en tres naves, la central y dos laterales, de cuatro tramos todas ellas, separadas por arcos de medio punto que apoyan en gruesas columnas cilíndricas de estilo toscano, que rematan a su vez en enormes zapatas. Es muy interesante observar el coro alto que surge a los pies del templo, y que muestra una decoración de sus superficies libres hecha a base de madera con labores de tipo renacentista en las que lo plateresco se hermana con lo mudéjar, en un sincretismo hispánico, castellano, muy hermoso.

El elemento artístico más notable de la iglesia de El Casar es el retablo mayor, que fue construido en el siglo XVII. Es un retablo de tipo fachada, propio del estilo renacentista, con un esqueleto arquitectónico a base de columnas adosadas, frisos, frontones y remates, cobijando entre ellos una serie de tableros con escenas talladas en las que se aprecian diversos momentos de la vida de Jesús y María, así como algunos medallones con santos de la devoción de los casareños.

Fue su autor principal, en lo que se refiere a su diseño y talla de las escenas, el escultor complutense Antonio de Herrera y Barnuevo, mientras que lo correspondiente a la parte de dorado y estofado, más la pintura necesaria para conferirle su encanto, se debe al artista, también alcalaíno, Martín de Ortega. Este retablo fue construido, según consta en los documentos conservados en el Archivo Parroquial de El Casar, entre los años 1625 y 1633, esto es, a comienzos del siglo XVII.

El segundo monumento en importancia de El Casar es sin duda alguna El Calvario, que añade a su peculiaridad arquitectónica, lo maravilloso de su asentamiento, y los paisajes que desde él pueden dominarse. Se trata de un humilladero o edificio final de Vía Crucis, en el que se alberga un Calvario o conjunto compuesto por las figuras de Jesucristo y los dos ladrones. Está ubicado en un extremo del pueblo, al que se llega caminando por un paseo urbanizado y agradable. Es obra del siglo XVII.

Se concibió como un edificio sin techumbre, abiertos sus muros por amplios vanos de arcos semicirculares. El efecto de los airosos arcos de ladrillo es magnífico. Y, por supuesto, el paisaje abierto donde asienta, y desde el que se puede admirar el conjunto de las sierras de Guadarrama y Somosierra, nevadas sus cumbres la mayor parte del año, suponen uno de los mayores atractivos de El Casar.

En el interior de este curioso edificio se encuentran tres esculturas en piedra, que fueron talladas y colocadas en el siglo XVII.

En la basamenta de la cruz de Cristo se lee la siguiente leyenda: ESTE CALVARIO Y VIA SACRA HIZO A SU COSTA EL BACHILLER DIEGO LOPEZ CANINIGO DE SANTA MARIA DE ARVAS PRESBITERO DE EL CASAR A GLORIA Y HONRRA DE LA PASSION DE NUESTRO SEÑOR JESUCHRISTO RUEGUEN A DIOS POR EL. AÑO 1648, y que viene a decirnos muy claramente el nombre y la intención de quien mandó construir este edificio y su ornamentación interna.

La Ermita de la Soledad en el extremo norte del pueblo, en el camino que conduce hacia el Calvario, se alza esta sencilla construcción religiosa, con título de Ermita de la Soledad. Es de estilo popular del siglo XVII. Tiene sobre el muro meridional una portada simple guardada de maderas tachonadas en las que se abren las clásicas mirillas. El interior es de una sola nave, de planta rectangular, de tres tramos, cubierta con una bóveda de medio cañón con lunetos. Un retablo muestra las imágenes de la Virgen de la Soledad y de San Blas.

También son motivo de interés turístico las Casonas de la Calle Mayor del siglo XVIII que sorprenden por su aire clásico. Una breve leyenda recuerda haber sido construida durante el reinado de Fernando VI, concretamente en 1757, para albergar algún edificio público, posiblemente el Pósito Real.

La Plaza Mayor, el espacio público más característico de El Casar, escoltada en sus cuatro lados por singulares edificios. Todos reúnen las condiciones de tipismo y casticismo. En el franco opuesto a la iglesia se encuentra el edificio del Ayuntamiento, la tradicional Casa Consistorial que, además de ser una reliquia venerable del pasado, ha sido remozada con gran acierto en estos pasados años.

Todavía los otros dos costados de la Plaza Mayor muestran construcciones muy tradicionales y típicas, especialmente la del lado norte, donde se ve una casa de fachada de ladrillo en la que se abren ventanas de diversos tamaños, cubiertas de rejas antiguas, y una puerta de entrada con hojas de madera muy bien trabajada.

Hierros populares, uno de los elementos artísticos que más llaman la atención en quien visita El Casar, y que quizás pasa desapercibido a sus propios habitantes, por el simple hecho de tenerlos siempre a la vista, son los hierros populares que en un elevado número decoran edificios y monumentos del pueblo.

También vemos rejas recubriendo ventanas de todas las casas tradicionales de El Casar, son estas rejas normalmente construcciones de los siglos XVIII y XIX, aunque hay algunos ejemplares todavía más antiguos.

Hay un ejemplar de hierro forjado especialmente hermoso, y es la cruz de este material clavada sobre una columna cilíndrica. Fue construida por Fausto Rodríguez, en 1771. En el templo parroquial también hay buenos ejemplares de hierro antiguo, que antes hemos recordado: los grandes clavos que sujetan las tablas de la puerta, obra del siglo XVII o ligeramente posteriores.

Fiestas

La fiesta mayor de El Casar se celebra en honor de la Virgen de la Antigua, patrona de la villa y de sus gentes. Tiene lugar el primer domingo de septiembre.

La fiesta de El Casar en honor de la Virgen de la Antigua se centra en la ceremonia religiosa, muy solemne, en la que tradicionalmente culmina un triduo al que acude todo el pueblo, y luego, el ya primer domingo de septiembre, la Misa Mayor, con música y varios celebrantes, ofrendas florales y de frutos del campo, congrega a todo el vecindario. Una procesión recorre ese día las calles del pueblo, siendo llevada la imagen de Nuestra Señora de la Antigua sobre una magnífica y moderna carroza, acompañada de todos los vecinos y socios de la Virgen.

Otra fiesta muy típica y famosa de esta villa es la Fiesta de las Candelas, que se celebra en los primeros días del mes de febrero, concretamente el día 2, festividad de la Virgen Candelaria. Se trata de un ritual que surge en pleno invierno, y que, al igual que ocurre con la fiesta mayor, se hereda de antiquísimas celebraciones, muy posiblemente paganas, célticas concretamente, que fueron revestidas a lo largo de los siglos con el barniz de lo religioso.

El día de la Candelaria, los funcioneros se dirigen, en formación perfecta y portando “picas” hasta la iglesia.

Lo que hoy queda como más conocido de la Fiesta de las Candelas es la lectura de la Carta-

Candelas, que se hace por la tarde del día de la Virgen. Después de una carrera que echan todos los funcioneros por la calle mayor y alrededor de la iglesia, a la que deben dar tres vueltas completas, un vecino se asoma al balcón del Ayuntamiento y lee en voz alta la “Carta”, que viene a ser un discurso versificado en el que se pasa revista en tono festivo, desenfadado, con la ironía y el buen humor que es característico de las gentes de El Casar.

Solamente determinados grupos de personas pueden participar en ella: los funcioneros con denominaciones militares (son concretamente el capitán, los cabos, el teniente abanderado, los mayordomos, el pagador, etc…); los mozos que entran en quintas; el cura revestido de frac y tocado con chistera, etc.

De cualquier modo, es esta una fiesta en que la participación se hace masiva con la lectura de la Carta-Candelas, que hoy atrae además a un gran número de forasteros y curiosos.

En la imagen se puede muestra una tarea de filigrana que se hace con las tijeras sobre el pelo del lomo de las mulas, para las fiestas de Candelaria.

CIRCUNSTANCIAS ESPECIALES

Las circunstancias especiales de El Casar son en este caso su ubicación geográfica.

El Casar es un municipio de la provincia de Guadalajara,situado en la comarca de la campiña, a medio camino entre Madrid y Guadalajara capital, que ha experimentado un crecimiento importante en los últimos años, como por otra parte ha experimentado toda la provincia de Guadalajara que linda con la Comunidad de Madrid, con el llamado efecto frontera, al convertirse en lugar de residencia permanente de muchos ciudadanos de Madrid que buscan mejor calidad de vida, creando urbanizaciones como Montecalderón, El Coto, Las Colinas, Los Arenales, Valdelosllanos, Lago del Jaral y Nuevo Mesones.

El Casar dispone de buena accesibilidad y comunicaciones. Está ubicado entre la N-I y la N-II.

Desde Madrid se accede por la N-I hasta el km. 23 y posteriormente por la M-111 y la distancia total es de sólo 35 km.

Desde Guadalajara, a 28 km, se accede por la N-320.

INFORME SOBRE LA POBLACIÓN

Como muestra el padrón de habitantes en El Casar, la población de derecho es de 12.347 personas, sin embargo esta cifra no refleja la realidad.

Debido al efecto frontera, a la proximidad con la Comunidad de Madrid, hay un gran número de población que viviendo en El Casar no se encuentra empadronada en el municipio, sino que continúa empadronada donde estaba anteriormente, en su gran mayoría en la Comunidad de Madrid.

Se puede calcular aproximadamente el número de personas que viven actualmente en El Casar por el número de viviendas que tiene.

Exactamente 6.753 viviendas por una media de 3 o 4 personas en cada una de ellas, nos darían más de 23.000 personas que viven en El Casar en la actualidad,

Únicamente en las urbanizaciones El Coto y los Arenales viven 5.191 personas de las 12.347 empadronadas, un 42% del total de la población.